[…] Todo esto ante la indiferencia de muchas personas que lo ven normal. A mí me preocupa. Y me preocupa que en los dibujos que están dirigidos a los niños y niñas el prototipo de personaje femenino sea consumista, celoso y obsesionado por el físico; que en los cuentos infantiles los referentes femeninos estén llenos de estereotipos sexistas; que mi hija piense que hay colores o juegos de niños y de niñas porque lo ha escuchado en el colegio; y me aterroriza que estos sesgos sexistas puedan desembocar en un bullying sexual como el que se explica en el documental The Unslut Project, o en el control al que someten determinados adolsecentes a sus novias. No quiero tener que estar pendiente del test de Bechdel cuando veo una película, ni de si es autor o autora cuando leo un libro. […]
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